Olor recital:
en el tejido de mí
ponzoña morral
Despierto escindido a la mitad;
me pertenece una todavía,
así la otra te figuraría
y ambas mienten por no decir verdad.
Ver püedes que ambas partes lloran:
la tuya, por los besos que te pierdes
intimada por los que no recuerdes;
y la mía por ver tu parte llorar.
Plañe tu mitad, haberme dejado
solo; hipa por haberme fingido;
llora tu mitad por haberme usado.
No llora la mía por haberse ido.
Quizá sólo llore, cuando cansado,
descubra que se han perdido.
Siente, inmunda, desgarrado el corazón.
Pesado el lastre que cada noche forja en sábanas púrpuras, catre carenciado.
A otro lo ve irse como otros,
a él o al amor,
aquella prostituta ahora es una lágrima que cae.
Aquel tinto humo
cincela elipses, dibujando
lúcumas y lilas, que
enlazan la luz esmeralda
donde hubo rosaledas,
antes.
Hubo, siempre, Uno.
Así como El Comienzo: Mi Corazón
y explosión creadora de universos espirales.
Fuerzas que mantienen el equilibrio,
azar en distribución de elementos.
Intuyo el centro vacío,
donde faltas…
quitarme de la pura periferia te corresponde.
Cruza rápido esquirlas de cuerpos celestes
y reúne mi energía dispersa en el centro de Tu Comienzo.